Un avión con casi 200 pasajeros a bordo debió realizar un aterrizaje de emergencia después de que dos grandes cisnes se estrellaran contra él perforando el fuselaje y agrietando el parabrisas.

El Boeing 737 Max, operado por la aerolínea británica TUI, había despegado desde Londres con destino al archipiélago africano de Cabo Verde cuando a los 1.000 pies de altura (300 metros) las aves impactaron en la parte delantera de la aeronave, que se desplazaba a una velocidad de casi 300 kilómetros por hora.

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