Las ventanas permanecen apagadas cada noche. No hay música, no hay voces. Sin embargo, EDENORTE le facturó a Carolina González casi RD$12,000 en un solo mes cuando nadie habitaba la vivienda.

Hoy, la deuda acumulada supera los RD$40,000, a pesar de que el inmueble permanece cerrado desde hace más de dos años. Solo en 2025, tuvo que presentar dos reclamos adicionales: uno por una factura de casi RD$12,000 y otro por más de RD$4,000.

González, compró el apartamento para alquilarlo por Airbnb. Pero tras sufrir dos robos, decidió mantenerlo bajo llave. Su hija, que reside en el extranjero es quien usa el apartamento, y solo duerme allí algunas noches durante sus visitas esporádicas.

«Si el apartamento está cerrado, ¿por qué me llegó esto?», pregunta mientras sostiene la factura de RD$11,976 correspondiente a un mes en que nadie pisó la propiedad.

El problema comenzó en 2022, cuando González notó que sus facturas variaban sin explicación. Un mes pagaba RD$400, otro RD$7,000.  Ese año presentó cinco reclamos formales ante EDENORTE por facturas que oscilaban entre RD$5,800 y RD$7,800. Al no recibir respuestas, escaló su caso ante PROTECOM, la entidad del gobierno encargada de mediar conflictos entre consumidores y distribuidoras eléctricas.

Tres años después llegó la resolución: PROTECOM, en una de las respuestas acepto solo una de las reclamaciones. Pero con un detalle: debe pagar lo reclamado de todas formas. «Me dijeron que sí, que tenía razón, pero que debía pagar igual. ¿De qué sirve entonces reclamar?», cuestiona con frustración.

Buscando explicaciones, González solicitó a EDENORTE una inspección técnica. La sospecha era que algún vecino se había conectado ilegalmente a su medidor. Los técnicos revisaron, inspeccionaron y no encontraron nada: ninguna conexión clandestina, ningún cable sospechoso.

«Si hubiera alguien robando luz de mi contador, por lo menos tendría una explicación. Pero no hay nada y las facturas siguen llegando altísimas», relata González.

Después de tres años de lucha burocrática, González tomó una decisión radical: pagará la deuda completa y cancelará su contrato con EDENORTE.

«Voy a pagar todo y voy a cancelar el servicio. Y si ellos no vienen a quitar el contador el mismo día que haga el pago, lo quito yo misma», advierte.

Pagará más de RD$40,000 por energía que no consumió, en una casa que nadie habitó, solo para cerrar este capítulo.

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